- ¡Princesa, Princesa!- la Princesa se alertó.
- ¡Soy la Princesa!- gritó la Princesa- ¿Qué ocurre?
- ¡Algo muy grave, Princesa!- le dijo el hombre a la Princesa- ¡El palacio de su alteza la Princesa está ardiendo!
- ¿Y no hay nadie más a quien puedas acudir que no sea yo, la Princesa? ¿Es que me tengo que ocupar de todo?- preguntó la Princesa, cansada de ser princesa.
- Pero Princesa...
- "Princesa esto, Princesa lo otro..."- la Princesa rezumaba hastío- ¡¿Es que no os podéis ocupar vosotros de algo por una vez?!
El plebeyo se alejó de la Princesa y todo ardió, incluida la Princesa.
Jotaauvei (201X)
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