Blanca Navidad, tan blanca que no se consigue ni con lejía

"¿Que es? Las calles están llenas de chavales, todos rien sin cesar, ¿es que estoy loco? Debe ser felicidad."

Cierto esqueleto cantaba algo como esto en una de mis películas favoritas y me sirve de introducción para hablar de lo que suponeis: ¡Las vacaciones de primavera!

El momento que todos estábamos esperando para ir a hacer surf con nuestros mejores amigos del insti a las playas de Florida y ver alguna que otra teta, ¡si!.

Bueno, basta, no puedo juntar a Jack Skeleton y tetas la misma entrada sin que me duela la cabeza, así que me voy a dejar de bromas y escribir la palabra que todos esperáis leer: Navidad.

Hay luces, música en las calles, todo pensado para hacernos creer que estamos en época festiva, pero a mi me falta un, no sé, un algo. Un algo blanco y esponjoso, y es lo malo de vivir en una ciudad con mar, que no nieva. Dime que no estás de acuerdo. Nuestra generación, se ha criado con el papá y la mamá de toda la vida más un progenitor adicional, la tele, nos ha enseñado que en todas las películas que transcurren en Navidad está nevando y que es como debe ser la Navidad. Miénteme y di que no es precioso.

De todos modos no seré yo quien eche por tierra las tradiciones, no voy a decir que las luces no me gustan, por que me encanta que al menos una vez al año (dos, pero las luces de carnaval para mi no cuentan) iluminen la calle con colorines, o que no soporto los villancicos, cuando es todo lo contrario, y venga, admítelo, te los sabes todos, hasta el estribillo del 'Adeste fideles' en latín.


¡Feliz Navidad y porropopróspero año nuevo!

Economía, econosuya, econonuestra

Probáblemente seas de los que abra la cartera cada mañana y digas, "santo cielo, esto es más dinero del que pueda gastar, pero haré un esfuerzo". Si no eres ese tipo de persona, sigue leyendo, de lo contrario, hazlo también pero no con tanta atención.

 Si, así es, hoy quiero escribir sobre el tan manido y enojoso asunto de la economía, por que, como todo el mundo sabe, cuanta más gente de su opinión basada en sus propias e infundadas tonterías, mejor irá la prima de riesgo. Y no, con prima de riesgo no me refiero a la hija de tu tía a la que le gusta hacer escalada y paracaidismo, no. Si no a lo otro que no se que es, pero que si es alta es malo y si es demasiado baja es malo también.

Si te soy sincero, y ahora que estamos tu y yo solos, yo aquí, desde mi casa, y tu sentado frente al ordenador, no tengo ni *$#!& idea de lo que significan todos esos números del IBEX; para mi, una bolsa es un recipiente con asas y un parqué, un suelo de madera. Y dirás, "Pues podrías haberte informado" y yo te diré "No", pues una cosa es escribir una entrada para un blog y otra es leer tonterías que lo único que van a conseguir es angustiarme, y es el mismo motivo por el que no tengo religión. Y de eso ya he hablado hace tiempo.

Y parecía tonta cuando la compramos

La llaman la caja tonta porque te vuelve tonto. Creo. No se, he visto tanta y tanta que no se bien lo que creo. Creo.

Entre series, anuncios, programas, anuncios, películas y anuncios (¿he dicho ya anuncios?) te puedes pasar un día entero sin despegarte de ella. Ahora, claro, porque tenemos una cantidad ingente de canales donde escoger. Antes solo tenían 2 y ya se volvían locos, ahora tenemos... no se, muchos y... bueno, salta a la vista el efecto que causa con solo leerme.

Cuando mantenemos una larga conversación con cualquier persona (cosa a la que no soy muy dado) tarde o temprano acabamos bien hablando de algo de la tele o soltamos alguna de las expresiones que hemos oído en ella. Hay momentos en los que decir estas ultimas no es conveniente. Veamos varios ejemplos y así de paso conozcamos algunas de estas expresiones:


-Se me murió mi tío.

-Que la fuerza te acompañe en el sentimiento.

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-Cual es tu número de teléfono?

-606 4 8 15 16 23 42

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-Hazme un favor, intenta no reírte mucho en el velatorio de mi tío.

-Pero si es una fieshta.

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-Que te ha parecido el entierro de mi tío?

-Legen... ... ... ... ... ... ... ... dario

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-Se murió mi tía.

-ZAS! En toda la boca.


Hay veces que no lo podemos evitar, y aunque no lo digamos, lo pensamos.


La tele influye de forma significativa en nuestro dia a dia. Por ejemplo, mi madre hace todo lo que dice Arguiñano. Que si cordon bleu con salsa de pimienta, que si entrecotte de ternera con guarnición de arroz aromático, que si huevos fritos con patatas... espero que a Karlos no se le crucen los cables un día y diga ''Asesinad a vuestros hijos''. No saldría bien parado yo...

Mucha gente planifica su dia en función de lo que pongan. Desayuno viendo esto, como viendo aquello y ceno viendo lo otro. Si, tele y comida, esos dos compañeros inseparables, lo que me hace pensar en lo aburrido que es comer. Hoy en día, todavía no se ha descubierto una explicación científica a esa sensación que te da cuando ves la tele, ese ''tengo hambre y no se de que''. Pero piensa en lo bueno de estar en casa viendo una película y comer, es que puedes subir el volumen cuanto quieras para evitar oír tus propios ''ñam, ñam''.

Y así, como siempre, dejándome cosas en el tintero, termino una entrada más, la primera de 2011 (Que bonito es empezar el año en junio...). ¡Feliz 2011! XD

(¡Acabo de ver que hacia mas de un año que no escribía! Aunque lo peor no es eso, si no que si escribía, tengo como 6 o 7 borradores :D)