26 diciembre 2011

Blanca Navidad, tan blanca que no se consigue ni con lejía


"¿Que es? Las calles están llenas de chavales, todos rien sin cesar, ¿es que estoy loco? Debe ser felicidad."

Cierto esqueleto cantaba algo como esto en una de mis películas favoritas y me sirve de introducción para hablar de lo que suponeis: ¡Las vacaciones de primavera!

El momento que todos estábamos esperando para ir a hacer surf con nuestros mejores amigos del insti a las playas de Florida y ver alguna que otra teta, ¡si!.

Bueno, basta, no puedo juntar a Jack Skeleton y tetas la misma entrada sin que me duela la cabeza, así que me voy a dejar de bromas y escribir la palabra que todos esperáis leer: Navidad.

Hay luces, música en las calles, todo pensado para hacernos creer que estamos en época festiva, pero a mi me falta un, no sé, un algo. Un algo blanco y esponjoso, y es lo malo de vivir en una ciudad con mar, que no nieva. Dime que no estás de acuerdo. Nuestra generación, se ha criado con el papá y la mamá de toda la vida más un progenitor adicional, la tele, nos ha enseñado que en todas las películas que transcurren en Navidad está nevando y que es como debe ser la Navidad. Miénteme y di que no es precioso.

De todos modos no seré yo quien eche por tierra las tradiciones, no voy a decir que las luces no me gustan, por que me encanta que al menos una vez al año (dos, pero las luces de carnaval para mi no cuentan) iluminen la calle con colorines, o que no soporto los villancicos, cuando es todo lo contrario, y venga, admítelo, te los sabes todos, hasta el estribillo del 'Adeste fideles' en latín.


¡Feliz Navidad y porropopróspero año nuevo!

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